DÍAS DE MAYO
El martes pisábamos el barco de nuevo. Nos habíamos adelantado a la salida del puente de mayo y un tiempo perfecto nos recibió en la marina. Venía conmigo Carlos Romero, el primer socio que tuve en los comienzos y amigo de toda la vida. Hacía tiempo que no navegaba; de hecho, no conocía este barco. Teníamos por delante un puente para perdernos en el mar y todas las ganas del mundo: hacer la compra, explicar la maniobra y, por supuesto, abrir botellines y hablar de los tiempos pasados. Sin poder evitar a veces un nudo en la garganta, Carlos me decía que había acabado cansado de algunas cosas, pero ahora que estoy aquí y veo a la gente con la que he compartido tanto tiempo e ilusiones, me doy cuenta de lo mucho que lo echo de menos y lo importante que ha sido para mí. Le entendía; es como cuando vuelves a esos sitios de la infancia que han sido importantes y que te hacen volver a vivir muchas cosas.
El tiempo ha acompañado todos los días, cuestión nada fácil en estas fechas, así que lo hemos aprovechado junto con la gente que ha pasado a bordo estos días… incluida la visita de Carlos Villareal, otro buen amigo y famoso por preparar arroces como solo le salen a los que aman la cocina. Como él decía… yo hago arroz campero a bordo y arroz marinero en tierra… sin discusiones, me parece perfecto.
Hemos aprovechado para llevar una barca auxiliar y su motor que hemos comprado. El lunes se ha varado el barco para el mantenimiento anual, que vamos a hacer en profundidad, incluyendo todos los grifos de fondo, pasacascos, cadena del ancla y muchas más cosas… Espero veros a bordo pronto.
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