Julio 2014

CHAPUZAS A BORDO

No es fácil reconocerlos, avanzan con paso decidido por los pantalanes y tienen respuesta rápida y contundente para todas las preguntas, pero las consecuencias de subir a un chapuzas a bordo son tremendas. Creo que acabo de terminar con las consecuencias que ha supuesto uno de estos elementos… y os aseguro que no ha sido fácil.

Todos los problemas empezaron cuando perdimos la hélice… que previamente habían montado estos manitas. Perder una hélice en un canal y con viento es una cuestión complicada, pero pudimos resolverlo y sacar el barco. Por supuesto, no se hicieron responsables de nada… en fin, me dije, seamos positivos. Había que sacar el barco de todas formas para el mantenimiento anual, así que aprovechemos. Montamos la hélice nueva (con otros manitas, por supuesto) pero los chapuzas siguen encargándose de algunos trabajos pendientes: cambiar los grifos de fondo y los pasacascos, que, para el que no lo sepa, es el paso para salida o entrada de agua que tiene el barco y que está bajo el nivel de flotación, con lo cual si esto falla… agua a bordo… agua salada. Ufff, ha costado dar con ello, porque, por supuesto, tampoco lo habían hecho bien y he estado varios días sacando agua salada y muy preocupado. Hemos vuelto a sacar el barco a tierra pensando que era otro problema, pero hoy que está todo resuelto y que por fin parece que estamos aquí para navegar después de un mes de locos, es una sensación fantástica. No quiero olvidarme de decir que también limpiaron el casco, pasando el producto abrasivo por encima del nombre del barco y prácticamente borrándolo… es increíble. Lo dicho… ojo con los chapuzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *