Febrero 2015

EL MAR

¿Qué es en definitiva el mar?
¿Por qué seduce? ¿Por qué tienta?
Suele invadirnos como un dogma
y nos obliga a ser orilla.

Nadar es una forma de abrazarlo,
de pedirle otra vez revelaciones,
pero los golpes de agua no son magia,
hay olas tenebrosas que anegan la osadía
y neblinas que todo lo confunden.

El mar es una alianza o un sarcófago,
del infinito trae mensajes ilegibles
y estampas ignoradas del abismo.
Transmite a veces una turbadora,
tensa y elemental melancolía.

El mar no se avergüenza de sus náufragos,
carece totalmente de conciencia,
y sin embargo atrae, tienta, llama,
lame los territorios del suicida
y cuenta historias de final oscuro.

¿Qué es en definitiva el mar?
¿Por qué fascina? ¿Por qué tienta?
Es menos que un azar, una zozobra,
un argumento contra Dios. Seduce
por ser tan extranjero y tan nosotros,
tan hecho a la medida
de nuestra sinrazón y nuestro olvido.

Es probable que nunca haya respuesta,
pero igual seguiremos preguntando:
¿Qué es por ventura el mar?
¿Por qué fascina el mar? ¿Qué significa
ese enigma que queda
más acá y más allá del horizonte?

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